Como ya les había adelantado, el blanco fue la clave de la mayoría de las colecciones masculinas para la nueva temporada. El inglés Paul Smith no fue la excepción. Dueño de un estilo que enmarca al hombre moderno y clásico sin alejarlo del estilo brit un tanto rígido que lo caracteriza, el diseñador se decidió por desestructurar un poco la figura y jugar con los tonos pasteles y varios estampados.
Los equipos de sastrería, impecables como siempre, acompañados por exquisitos trenchcoats (un must para casi todas las colecciones británicas) súper clásicos. Los trajes double breasted, volviendo a la elegancia del english gentleman de la que hablaba en mi entrada anterior.
El blanco y el beige predominaron en la primer parte de la pasada, vistiendo al hombre de pies a cabeza (ojo con los zapatos blancos). Sin embargo, fue una grata sorpresa descubrir toda la gama de NO combinaciones: las camisas súper jodidas con motivos búlgaros acompañadas por corbatas a rayas, pantalones estampados con chalecos bordados, o clásicas chemises con sacos coloridos.
Muy para pasearse airoso una tarde de primavera por la Riviera Inglesa, haciendo esos paseos fantásticos (aunque un tanto aburridos) de Poole. Bien dandy inglés nostálgico por un verano que nunca llega.
Vía | Paul Smith
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