Ayer, Apple fue protagonista de las noticias de todo el mundo. Desde el Apple Park, se presentaron las novedades de iPhone y Apple Watch. Sobre el escenario, por primera vez, una mujer tomó el protagonismo. Fue Angela Ahrendts, vicepresidenta de retail de la compañía, y una de las mujeres más influyentes de Silicon Valley. Pero lo que era una buena noticia en el avance de la visibilidad de las mujeres dentro del campo tecnológico se convirtió en una noticia agridulce al comprobar que la gran mayoría de medios se han centrado en su indumentaria más que en su discurso o su relevancia empresarial.
Angela Ahrendts llegó a Apple en 2014 con el aval de ocho años (2006-2014) como CEO de Burberry. Su principal misión ha sido renovar el concepto de Apple Store, para convertirlo en un centro en el que los clientes puedan reunirse en comunidad, sin importar que sean techies expertos o usuarios con conocimientos básicos. La revista Forbes destacaba hace unos meses su éxito en la implantación de ese concepto comunitario en Apple. Y, ayer, su cara se hizo popular entre el gran público no especializado gracias a su papel protagonista sobre el escenario del Apple Park.
Pero (casi) solo se ha hablado del abrigo. En las redes sociales y en varios artículos en medios de comunicación de todo el mundo. Y no es que el abrigo no nos guste. Nos gusta la moda, y ese trench Burberry de macramé en color rosa nos fascina. Pero mucho más nos fascinan sus logros, su relevancia en un campo –el tecnológico– que aún tiene un techo de cristal grueso, y su impresionante trayectoria profesional. Y sería una pena que un abrigo, por impresionante que sea, eclipse lo verdaderamente importante en el avance de la igualdad que ocurrió ayer en el Apple Park.
Imágenes | Gtresonline.
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