Dormir profundamente es uno de los pilares fundamentales de una vida sana, junto con llevar una dieta equilibrada y practicar deporte con frecuencia. Además, tener un sueño reparador ayuda a que tu musculatura se relaje y, por tanto, facilita la circulación y oxigena todo tu cuerpo.
Pero, además, tener un sueño de calidad es vital para tu rostro, puesto que por la noche se activa la regeneración de la piel. Por eso, desde Cuidado Nivea, te vamos a explicar cómo puedes cuidarla mientras duermes.
Limpia tu cutis todas las noches
Mientras algunos órganos de tu cuerpo se relajan y trabajan de manera más pausada, cuando te dispones a disfrutar de un sueño reparador, los mecanismos de reparación de la piel se activan y se eliminan más radicales libres (causantes del envejecimiento celular). Y esto, lo tienes que aprovechar.
Si quieres que tu cutis luzca en su mayor esplendor a la mañana siguiente, el primer hábito de belleza que debes incorporar a tu día a día es el de la limpieza del rostro antes de irte a dormir.
Eliminar las impurezas de la piel es fundamental aunque no te hayas maquillado ni hayas salido de casa. Obviamente, el maquillaje, los agentes metereológicos, la polución y otros factores a los que te expones cuando sales de casa hacen que tu piel acumule muchos contaminantes, pero no son los únicos. El polvo en suspensión o la propia grasa que produce tu piel son motivos más que suficientes para que tu piel necesite esa limpieza a fondo.
Así que, si ya estás convencida, puedes pasar a la acción. Pero, recuerda, el proceso de limpieza debe ser el adecuado. No es suficiente con que te laves la cara con agua y jabón. Además de limpiar y desmaquillar, debes retirar las impurezas de la piel que se quedan en los poros y tonificar e hidratar tu cutis.
Y para conseguirlo no es necesario que recurras a un arsenal de productos beauty ni que dediques mucha cantidad de tu valioso tiempo. Para eso existen los revolucionarios productos todoterreno como el agua micelar de Nivea.
Con esta solución, limpias, tonificas e hidratas la piel, sin dejarla seca ni aceitosa. Y lo mejor de todo es que no necesitas invertir mucho tiempo, ya que simplemente tienes que empapar un algodón de disco con este producto y pasarlo suavemente por el rostro, cuello y escote, sin necesidad de aclarar.
Esta limpieza sencilla, rápida y eficaz te permite, además, que tu piel sea más receptiva a cualquier tratamiento posterior que te vayas a aplicar antes de irte a dormir.
El ambiente perfecto para un sueño de calidad
Una vez te has limpiado correctamente la piel con el agua micelar de Nivea, revisa las condiciones en las que está la habitación en la que te dispones a “dormir a pierna suelta”, puesto que un ambiente mal acondicionado puede llegar a interferir en la regeneración óptima de la piel.
En primer lugar, debes comprobar la temperatura de tu dormitorio. Para que te hagas una idea, la media ideal oscila entre los 18º y los 22º.
En la medida que te sea posible, utiliza textiles de tejidos naturales, pues regulan la temperatura. Por eso, la lana, las fibras vegetales, el algodón o la seda serán bienvenidos en tu lugar de descanso antes que cualquier tejido de fibra sintética.
Intenta evitar, en la medida de lo posible, el uso de aparatos de aire acondicionado o de calefacción, puesto que resecan en exceso tu piel. En su defecto, usa humidificadores para crear un ambiente húmedo que, además, te ayudará a respirar mejor y, por tanto, a descansar más.
También es importante regenerar el aire a diario. Bastará con ventilar la habitación, durante cinco o diez minutos, preferiblemente, a primera hora de la mañana.
Para terminar, utiliza un colchón que transpire, evite la dispersión del calor, se amolde perfectamente a la anatomía de tu cuerpo y sea higiénico.
Ahora que ya te has limpiado correctamente la cara y tu habitación reúne todos los requisitos para propocionarte el mejor de los descansos... ¡qué sueñes con los angelitos!
